EL DOLOR ES PARTE DE LA DANZA
Y la sangre le hería dentro de su piel, de sus piernas estéticas de bailarina: mal presagio.
Desenrollándose, como su final venía, cubriendo todo su ser el desaliento del último lugar.
El arte empujó con la fuerza en su mente, sumada a la del alma, y, sin palabras, le dijo: "El dolor es parte de la danza, no desmayes tu cuerpo, destinada bailarina, el accidente no te mató."
La pasión le entregó dos muletas por sus piernas para ser coreografiadas por el arte de otro creador de sueños, como sastre a la medida.
Ahora se suman dos corcheas a la divina geometría de sus movimientos.
Es un fuerte impacto desde el inicio del pentagrama hasta el fin del silencio.
No solo es resiliente y catártica, es mucho más, es la mismísima Terpsícore.
Su danza refleja en nuestros ojos dos líneas que inspiran, como sonrisas de un gran hermoso dolor.
Cuando escuche nuestros aplausos y, de pie, ella se levantará y recobrará su vida; nosotros también.
Franz Alberto Merino DÁvila
Dedicado a quien me inspiró: Sophie Hauenherm (@sophiehauenherm), vista en un documental del canal alemán DW. Extiendo esta dedicatoria a otras bailarinas que encontré navegando en la web, como Laila White, Pollyanna Hope… Y a ti, y a ti, que no te encontré en las redes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario