viernes, 29 de enero de 2016

VE POR TU PERDÓN, YA SUFRISTE Y YA LO ENTENDISTE.


VE POR TU PERDÓN, YA SUFRISTE Y YA LO ENTENDISTE.
Cuánta falta de respeto existe hoy de parte de los jóvenes, de muchos hijos, al ser más maravilloso de la tierra, a la fuente de la vida, a la que daría sus órganos o la vida misma por sus hijos que siempre los defenderá de lo malo, la que siempre se opondrá de malas conductas y jamás será su alcahuete. Mujer que lo único que desea es nuestro bienestar total minuto a minuto de nuestras vidas. Reflexionen de manera correcta y respondan, opinen o reaccionen de la manera adecuada frente a su madre, a sus padres. Nuestras madres deben ser veneradas y no ser objeto de burla peor de desprecio y desinterés. Cordura, sabiduría, deseo para todos aquellos que emitan comentarios maledicentes del supremo ser como es una madre a quien en vida deben solo disfrutarla, respetarla y valorarla antes de su muerte, más tarde ya no sirve de nada: AMARLA SIN JUZGARLA, es el mandato. Vayan en este momento, bríndenle el mejor abrazo cariñoso y soliciten su perdón, siempre su perdón por ser no tan buenos hijos, tan irresponsables, tan desamorados, tan egoístas y tan ingratos. Cambien la actitud frente a su madre o sino por siempre serán una vergüenza y como castigo la vida los premiará con la imparable culpa que sienten los condenados y solo vivirán en el destierro fuera de su hogar,  de su origen y del buen lugar, como cualquier otro delincuente cuyo final destino será la cárcel, el sufrimiento los visitará con más fuerza, la indeseable soledad y la joven muerte. Todos los hijos de mal proceder, están a tiempo de corregir su maltrato y desdén con ser tan magnífico, siempre aquella luz estará esperando para recibirlos e iluminarlos, siempre estarán ahí por y para nosotros, siempre.  El que honra a su madre y a su padre, tendrá una larga vida y siempre será feliz, jamás lo olviden: solo ámenlos, y encontrarán y sentirán la verdadera felicidad; porque el que sabe amar es el que siempre será feliz; en el amar está la felicidad, en ninguna otra cosa ni en alguna otra manera. Sean siempre buenos hijos con ella y con él, con ellos, solo otórguenles alegrías en este ahora y no esperen llegar  a ser padres para recién entenderlos cuántos nos aman, el inmenso tamaño de su amor y de su preocupación por nosotros. Vayan en paz en busca de su perdón, siempre los padres nos perdonarán, para eso están ahí… Ve por tu perdón, tómalo, arrepiéntete y a cambio dales mucho respeto, mucho amor… ve por tu perdón, ya sufriste y ya lo entendiste, te lo ganaste y te espera, te espera, ella te espera… ellos te esperan.
Aún en proceso de purificación  extrañando mucho ese amor,  Franz Merino.
Enero, 29 del 2016.
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